Mi opinión: El Comprador de Vidas. ¿Leer o no? (Spoiler alert).

Llega un momento de la vida en que cada persona comienza a preguntarse sobre su futuro y en ocasiones a planearlo, como si la vida no fuera tan impredecible.
Muchos no lo aceptaran, pero inclusive en ocasiones uno puede aterrarse sobre si algún día uno tendrá todo lo que siempre soñó: un trabajo estable, una familia, viajes, auto del año; muchas de ellas tal vez cosas sin valor.
Y a eso viene precisamente El Comparador de Vidas.
El autor José Antonio de Cañizo comienza por contarnos un poco de la vida de nuestro malhumorado protagonista: Don Cunegundo; magnate hombre de negocios con varios apodos bien merecidos que pasa sus días en lo alto de su castillo extendiendo sus “tentáculos” por todo el mundo a través de faxes, télex, teléfonos y ordenadores.
Todo ello porque aquello es su vida; y porque de algún lugar tiene que conseguir dinero para pagar a sus socios y servidumbre, de lo contrario nada le seria posible. Sin embargo, la tarde que comienza formalmente la historia el se ha tenido que dirigir al medico por que cada día se siente peor.
Tal vez el destino, tal vez su misma vida que ya se había hartado de su propietario, pero le advierten que debe ejercitarse con urgencia, de lo contario el día menos esperado ya no podrá mover ni un dedo. Todo esto termina por aterrarlo y se propone hacer ejercicio, pero ya que hablaba del destino permítanme hacer un poco más de spoiler.

Al regresar a su castillo se da cuenta de que una compañía de teatro ambulante ha decidido instalar su campamento fuera, pero luego de una conversación con quien pronto será nuestro antagonista Don Cunegundo procede a seguir las ordenes de médico. Esa misma noche una tormenta se desata y la tropa no tiene mas remedio que pedir asilo al amargado magnate de negocios, ya que de lo contrario el rio puede llevárselos. Cosa que afortunadamente no ocurre, pero que deja a los saltimbanquis casi en la ruina total.
Sin embargo, nuestro magnate en el fondo se encuentra preocupado y es aquí donde comienza a demostrarse que incluso las personas mas amargadas como el tienen su lado compasivo. Y el autor nos enseña que ninguna tormenta debe derrumbarnos y sumergirnos en la miseria. Para explicar mejor lo ya dicho, más spoiler.
Don Cunegundo se extraña, y como no, al encontrar a todos los saltimbanquis tomando el sol, conversando o jugando a todo lo largo y ancho del jardín. Es aquí donde nuestro protagonista pregunta a Max (nuestro antagonista) el por qué no están preocupados o molestos por lo que acaba de pasar.
Simple, había que hacer reír a los niños, pues ellos son demasiado pequeños para comprender las preocupaciones de los adultos.
Lo que sigue es una conversación (que necesariamente tienes que leer) entre nuestro potentado y Max. Conversación que hace ver al magnate que toda su vida ha sido desperdiciada en los negocios, y los pocos momentos en que pudo disfrutar se han ido.
Y que viene a continuación:
¾     Escuche: usted tiene un montón de pasta y nosotros no tenemos un duro. Pero nosotros nos ganamos la vida vendiendo risas, alegría, diversión, ilusiones, y usted no tiene nada de eso.
¾    ¡Yo lo he comprado todo en la vida! ¡Y puedo comprarlo todo!
Minutos después firmaban en lo alto de la torre el contrato de compraventa más insólito. Acababa de comprar su vida.
Eso mismo. Max en su papel de mago decide que la tormenta ha sido una bendición para ambas partes, pues Don Cunegundo obtiene la oportunidad de recuperar el tiempo perdido y los saltimbanquis la oportunidad de hacer un dinerillo extra para cuando reinicien su camino.

Pero con Don Cunegundo recuperando su vida también vienen otros personajes con su negatividad a tratar de mal entender las intenciones de nuestro antagonista. Un ejemplo es cuando parte de la servidumbre visualiza a Don Cunegundo a través de la ventana y uno de ellos insinúa que incluso para ello hay que tener dinero.
Cosa que queda relegada a la nada después de que nuestro protagonista resulta iluminado por quien menos se lo espera y el autor nos muestra que con un poco de imaginación y algo de compañía uno puede escribir su propio libro donde ser el protagonista y a la vez el lector.


Y que sigue se preguntaran.
Pues muy sencillo, lo que tenia que pasar desde el principio.
Don Cunegundo recupera su humanidad y ello le da lo que se ha perdido.
Su vida y… eso descúbrelo tú.

No voy a dar una calificación especifica al libro como principalmente tenía planeado, ya que después de pensarlo bien eso sería de mal gusto teniendo el mensaje que el autor trata de dar; sencillamente le daré el visto bueno, pero con una advertencia, ya que no es necesario ser psicólogo para saber que algunos verán herida su sensibilidad y otros más probablemente se aterraran.
Pero a pesar de todo lo único que puedo decir es que no hay sino una sola respuesta para la pregunta inicial y es: leer o LEER El Comprador de Vidas.
Sin duda para cualquiera será una experiencia grata para toda la vida, además de la excusa perfecta para reír un poco.


Comentarios

Entradas populares